Habitualmente mostramos imágenes de nuestras salidas de pesca, pero en esta ocasión os enseñamos el proceso para mantener a punto nuestro barco. Una labor dura, lenta, pero agradecida, con el noble fin de recuperar en la medida de lo posible su aspecto original. Proceso que se tiene que repetir esporádicamente, con una meticulosa y certera faena.
Fuera del agua, con todas las maderas al aire, se pueden llegar a las zonas ocultas que sumergidas bajo la superficie son atacadas por el salitre. Un proceso lento, pero que con cariño se consigue que el Chasula se muestre como uno de los barcos turísticos más singulares de la costa gallega, que tras navegar en él, no hay nadie que se pueda quedar indiferente.
Cuando hablamos de acicalamiento, hay que tener en cuenta revisiones y acceso a las partes más inaccesibles y ocultas de nuestro Chasula. Aún con tantas batallas en el mar, y miles de millas recorridas, tanto en su uso de barco pesquero ,como de usos turísticos-etnografícos marineiros, es increíble el estado de la proa, roda contra roda, cuadernas palmajares.. y aunque estamos hablando de una madera con casi 70 años, el resultado final es que su aspecto rejuvenecido le asemeja casi a un barco recién rematado. Hay que considerar que en el resultado final que os mostramos no es únicamente por este proceso actual, también es fruto de los realizados en el pasado que han conseguido que a lo largo del tiempo el barco se conservara y se frenase el agresivo ataque del salitre y humedad del mar.
El motor, auténtico corazón de nuestro barco, también requiere del pertinente mantenimiento para su perfecto y seguro funcionamiento durante las travesías.
Este milagro no sería posible sin la magia y delicadeza de los carpinteros Charango, Garrido, además de los que disfrutan de cuidarlo así de bien, como Chouciños, Figueiró e INTRAMAR, capitaneado siempre por nuestro patrón "Capitán" Isidro Mariño.
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